A solo una semana del final del mandato de Trump, la Casa Blanca anunció nuevas restricciones a la exportación de chips de inteligencia artificial producidos por empresas tecnológicas estadounidenses como Nvidia. Según un comunicado emitido por la Casa Blanca, esta nueva política tiene como objetivo "fortalecer la seguridad y el poder económico de Estados Unidos" y asegurar su liderazgo en el campo de la inteligencia artificial, que evoluciona rápidamente. Aunque aún no está claro si el próximo gobierno revisará esta política, la industria ya ha prestado mucha atención a esta nueva regulación acelerada, considerando que tendrá un impacto profundo en la industria global de chips y el comercio transfronterizo de tecnología de inteligencia artificial.
Según la Casa Blanca, Estados Unidos debe "actuar con determinación" para mantener su liderazgo en la carrera tecnológica de inteligencia artificial. Los chips de IA, especialmente las GPU de alto rendimiento fabricadas por empresas como NVIDIA, se han convertido en un pilar fundamental para el aprendizaje profundo, el entrenamiento de modelos grandes y otros procesos avanzados de datos, además de tener aplicaciones potencialmente críticas en los ámbitos militar, de seguridad y económico. Precisamente por esto, la Casa Blanca considera que solo mediante una estricta regulación de las exportaciones de estos productos clave se puede evitar que países rivales utilicen chips de IA avanzados para "abusar de la inteligencia artificial sofisticada", lo que podría debilitar las ventajas de Estados Unidos y sus aliados en seguridad y economía.
El contenido principal de las nuevas reglas consiste en clasificar a los países exportadores en tres categorías: "aliados y socios", "adversarios" y "otros países", además de imponer estrictas restricciones sobre los niveles de capacidad computacional que se pueden vender. Para los países considerados como "adversarios" (incluyendo China, Rusia, entre otros), se aplicará una prohibición de exportación casi total, impidiendo que las empresas estadounidenses vendan a estos países los chips de IA más avanzados o de uso masivo. Para los países clasificados como "aliados y socios", el umbral para obtener permisos de exportación será relativamente más flexible, aunque deberán cumplir con ciertos límites y procedimientos de revisión. En cuanto a los "otros países" no incluidos en las dos categorías anteriores, se requerirá una evaluación caso por caso para determinar si se permite la exportación y el nivel de rendimiento que se puede exportar.
En respuesta a las nuevas regulaciones, la Casa Blanca explicó además que "simplificará los umbrales de licencias para pedidos de chips peque?os y grandes, y mejorará los estándares de seguridad de la inteligencia artificial al restringir el contrabando y cerrar otras lagunas". Esto significa que los chips de mayor rendimiento que antes requerían múltiples aprobaciones podrían tener un proceso reducido si están destinados a aliados y socios específicos, garantizando que Estados Unidos y los países que reconoce puedan obtener rápidamente el hardware de IA que necesitan. Al mismo tiempo, las nuevas regulaciones buscan prevenir que "cualquier país adversario" obtenga productos sensibles fabricados en Estados Unidos a través de intermediarios o rutas indirectas, mediante un nuevo sistema de clasificación.
Sin embargo, esta política fue cuestionada por algunos líderes de la industria tan pronto como se anunció. El periódico "Il Sole 24 Ore" informó sobre la opinión de Ned Finkel, vicepresidente de asuntos gubernamentales de Nvidia, quien consideró que las nuevas regulaciones restringen excesivamente las exportaciones y podrían tener un efecto contrario al objetivo original. Si los fabricantes estadounidenses no pueden suministrar chips de alta gama a sus clientes habituales, estos podrían recurrir a empresas chinas (como Huawei) u otros fabricantes extranjeros, acelerando así el surgimiento de competidores foráneos en el campo de la fabricación de chips para IA. Advirtió que una regulación excesiva sobre las empresas tecnológicas estadounidenses no solo sacrificaría los ingresos y la participación de mercado de las empresas locales, sino que también podría debilitar la ventaja competitiva de Estados Unidos en la competencia tecnológica global.
De hecho, el debate sobre la intervención del gobierno en el control de exportaciones de tecnología avanzada ha sido el foco de discusión en la industria de alta tecnología durante los últimos a?os. A medida que la inteligencia artificial se convierte cada vez más en un área clave de competencia para muchos países, Estados Unidos ha intensificado continuamente el control sobre su software y hardware de IA. Anteriormente, las autoridades relevantes también han aplicado restricciones a los semiconductores de procesos avanzados y a la fabricación de alta gama.Exportación de equiposSe han impuesto restricciones estrictas y se han coordinado medidas con los principales países productores de equipos de semiconductores, como Países Bajos y Japón, para limitar la exportación de tecnologías clave como las máquinas de litografía EUV a "países adversarios como China". Ahora, esta nueva regulación centrada en el "control de chips de inteligencia artificial" ha vuelto a aumentar la alerta de toda la industria sobre el endurecimiento de los controles de exportación.
Para países como China y Rusia, que son considerados "adversarios" o amenazas potenciales, esta nueva política significa que será difícil comprar directamente a los fabricantes estadounidenses componentes como GPU de gama alta para entrenamiento de IA o procesadores distribuidos a gran escala, necesarios para el desarrollo de IA. Sin embargo, esto también podría impulsar una diversificación en las cadenas de suministro globales. Algunos analistas consideran que, en cierta medida, esto acelerará la búsqueda de empresas chinas y rusas por desarrollar sus propios chips o recurrir a proveedores de terceros países, lo que a su vez forzará un avance más rápido en la autonomía tecnológica de sus ecosistemas de IA. Al mismo tiempo, el Departamento de Comercio de EE.UU. sin duda intensificará la supervisión sobre los llamados "países intermedios" o "zonas críticas", para evitar que surjan "fugas de chips" debido a vacíos legales o áreas grises en la política.
La Casa Blanca indicó que las nuevas regulaciones están previstas para entrar en vigor en unos meses, pero los ajustes de políticas debido a cambios de régimen también son comunes en el sistema estadounidense. En cualquier caso, se espera ampliamente que, basándose en la mentalidad de bloqueo tecnológico y proteccionismo que Estados Unidos ha mantenido a largo plazo, ningún nuevo gobierno relajará fácilmente las restricciones a la exportación de chips de IA. Como se menciona en la declaración: "Estados Unidos debe colaborar estrechamente con aliados y socios para garantizar que los adversarios no puedan abusar fácilmente de la inteligencia artificial avanzada".
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